LA
SOMBRAS EN FOTOGRAFIA
La
luz es el elemento más importante de la fotografía pero hay otro elemento que
siempre estará presente en las imágenes: la sombra. Hay sombras
indeseadas, que nos despistan del motivo central de nuestra fotografía, hay
sombras que se generan por culpa de una mala iluminación o de una iluminación
mal planificada. Pero el de las sombras es, en realidad, un mundo fascinante
que nos puede ayudar muchísimo en nuestras fotografías. ¿Quieres saber cómo
sacar el máximo partido a las sombras de tus fotografías?
1.-La Sombra como
composicion
Las sombras nos pueden ayudar en la composición de
nuestras fotografías pues no se trata de algo negativo sino de algo que, si se
usa bien, también puede tener su propia fuerza visual.
Así pues, hay
principalmente tres maneras de usar las sombras para mejorar las composiciones
de tus fotografías:
A,-Llenar espacios en blanco.
Las sombras en sí mismas rellenan espacio que, de otra forma, quedaría
vacío. Así pues, pueden ser perfectas para, por ejemplo, conseguir un fondo más
interesante o con más personalidad o expresividad, ya sea proyectando en él la
sombra del sujeto principal de la imagen o mostrando la textura de su
superficie. Cuando quieras llenar un espacio vacío, ¡proyecta una sombra en él!
B.-Guiar la mirada del que vea la foto.
Las sombras pueden terminar generando líneas
o patrones
que guíen la mirada del observador hacia algún punto concreto de la
fotografía. Esto será especialmente evidente en la fotografía urbana o en la de
arquitectura, donde elementos como por ejemplo las barandillas pueden
ayudarte a conseguir estos efectos.
C.-Equilibrar pesos visuales.
Como ya vimos cuando hablamos de los pesos visuales,
las sombras también nos pueden ayudar en este aspecto pues, colocadas
estratégicamente, pueden terminar de equilibrar la composición de una
fotografía.
2.-La sombras como elemento principal de
imagen
Las sombras no son algo que, simplemente, aparece como
consecuencia de la iluminación. También pueden llegar a convertirse en el
elemento principal de nuestra fotografía si somos capaces de encontrar una
sombra interesante y expresiva y además, sabemos sacarle provecho. ¿Quieres conseguir
que una sombra sea la protagonista indiscutible de tu imagen?
Cuatro ideas para conseguirlo:
A.-Las sombras misteriosas.
Aquellas que no sabes a qué objeto pertenecen. Pueden ayudarte a llamar la
atención de las personas que vean tus fotos pues adivinar qué es lo que
proyecta esa sombra se convertirá en una especie de juego visual.
B.-Las sombras curiosas.
Aquellas sombras que, por su distribución, su forma o su estructura puedan
parecer curiosas fotográficamente. Seguro que tienes un montón de estas alrededor,
sólo debes aprender a mirar “el lado oscuro” de las cosas.
C.-Las sombras abstractas.
Y es que si lo que buscas es hacer fotografía abstracta,
las sombras pueden ayudarte un montón. Sólo necesitarás saber colocarlas y
encuadrarlas de manera que te sirvan para tus propósitos (en este caso,
descontextualizar la foto. Es decir, que no se entienda lo que es el sujeto
principal).
D.-Los contraluces.
Son otro tipo de sombra y de hecho, creo que es el tipo que más se presta a ser
el elemento principal de una fotografía pues las siluetas suelen dar mucho
juego. Si buscas siluetas, deberás cuidar mucho la iluminación que utilices, en
este artículo te damos cuatro posibles esquemas de luces
para hacerlo.
Por supuesto, hay infinidad de opciones para conseguir
que una simple sombra se convierta en el punto más importante de una
fotografía. No te centres sólo en las opciones dadas en este artículo y sal a
descubrir las sombras más fotogénicas.
Una
sombra nos puede ayudar a terminar de darle expresividad a nuestras
fotografías, pues hay sombras que son muy descriptivas. Por ejemplo, una
buena sombra bien colocada nos puede aportar mucha profundidad en
nuestra fotografía pues nos ayudará a separar el sujeto principal de nuestra
imagen del fondo de la misma.
Las
sombras también pueden ser unas muy buenas aliadas para explicar cómo es algo,
como podría ser, por ejemplo, el caso de las texturas, que cuando se
iluminan de manera adecuada, son descritas, precisamente, por sus sombras. Si
no fuera por éstas, no tendríamos manera de conocer si la superficie de algo
que aparezca en nuestra fotografía es liso o rugoso y muchas veces, esas
texturas son, precisamente, las que hacen que una imagen se convierta en una
buena fotografía.
Existe
otra manera de servirnos de las sombras para ayudarnos a la hora de conseguir
imágenes más expresivas y es el hecho de conocer cómo son las sombras en
determinadas circunstancias para, así, poder simularlas. Por ejemplo, si
sabemos cómo son las sombras en un día nublado (muy difusas), podemos
aprovechar ese conocimiento para aplicarlo en nuestras imágenes y conseguir,
por ejemplo, imágenes más melancólicas.
4.-
Usar sombras que son consecuencia de iluminación
Sí, es cierto, todas las sombras del mundo siempre son
la consecuencia de una iluminación, voy a concretar un poco más este punto. Hay
iluminaciones que, por su naturaleza (su dureza, su posición respecto el
sujeto a iluminar o, simplemente, porque tienen algún filtro que las modifica
antes de llegar a iluminar aquello que nos interesa) provocan ciertas sombras más
o menos atractivas.
Podríamos decir que la gracia de ciertas iluminaciones
es, precisamente, las sombras que provocan. Estas sombras, además de ayudarnos
a conocer sólo viendo la fotografía cómo era esa fuente de luz de la que
disponíamos, pueden llegar a convertirse en una parte importante de la
composición o, incluso, a llegar a robarle protagonismo a nuestro sujeto
principal. En nuestras manos está el decidir si nos interesa hacerlo o no, el
caso es que saber reconocer cuándo estas sombras nos pueden aportar un extra a
nuestra fotografía y el saber sacarles el máximo provecho puede sernos muy útil
a la hora de crear según qué imágenes.
Evidentemente,
la mejor manera de conseguir sombras es aprendiendo a encontrarlas mediante la
iluminación y según la luz de la que dispongamos, podremos conseguirlas de una
manera o de otra:
·
Si dispones de una iluminación
natural, deberás estar muy atento pues, seguramente, tus opciones para
conseguir exactamente la luz que quieras estarán muy limitadas. Antes de tomar
la fotografía, observa bien cómo incide la iluminación que tienes en el
sujeto que vas a fotografiar. Busca sombras cambiando de ángulo de visión
o, si puedes, moviendo el sujeto en tu interés. Y, sobre todo, analiza tu
situación lumínica para saber qué te espera (si hay nubes que puedan darte
unas sombras más difusas, si se va a poner el sol o va a quedar tapado por
algún otro elemento…).
·
Si, por el contrario, vas a realizar tus
fotografías con iluminación artificial, lo tienes más fácil pues tendrás
más libertad de modificar la situación lumínica para adaptarla completamente a
tus necesidades. ¿Quieres sombras? Huye de los difusores: la luz suave
genera sombras, sí, pero pueden llegar a ser tan suaves que no puedas ni
apreciarlas. Las luces duras y laterales son las mejores amigas
de las sombras, ¡eres tú quien debe decidir si eso es lo que te interesa para tus
imágenes o no!