Funcionamiento
del obturador en una cámara réflex
El obturador
de una cámara réflex resuelve más problemas de los que a pri
óri podríamos
imaginar.
El diafragma
del objetivo es el encargado de regular la cantidad de luz que llega al
sensor mediante su apertura; mientras que el obturador será el que
regulará el tiempo durante el cual la luz alcanza al sensor.
Un tiempo que en ocasiones será bastante largo,
en otras durará menos de una milésima de segundo.
Para comprender mejor el caso de un obturador
que tarde apenas una milésima de segundo en bajar y otra en subir (pensad en
una persiana).
Si subimos y
bajamos esa “persiana”, nos vamos a encontrar con que la parte inferior del
sensor va a estar expuesta dos milésimas de segundo más que la parte superior
(vamos a imaginar que el obturador primero sube para exponer el sensor y luego
baja).
Con velocidad lenta. (2 segundos)
Si nuestra fotografía precisa de una exposición de, por
ejemplo, dos segundos, la parte inferior del sensor va a estar expuesta a la luz
un total de 2002 milésimas y la superior 2000; no habría excesivo problema,
aunque ya existiría una pequeña modificación en la luminosidad de la fotografía
por la diferencia de tiempos.
Con velocidad rápida (1/2000)
Sin embargo,
si nos vamos al caso de una toma con un tiempo de exposición de sólo media
milésima de segundo (1/2000) vamos a tener el problema de que la parte inferior
del sensor va a estar expuesta durante 2,5 milésimas de segundo y la parte
superior durante sólo esa media milésima, lo que daría lugar a una fotografía
que gradualmente estará cinco veces más clara en la parte inferior que en la
superior.
Como resolver esto
Para
solventar esto, lo que se hace es emplear obturadores consistentes en dos
cortinillas, de tal modo que ambas realizan su recorrido en la misma dirección:
en reposo hay una primera cortinilla tapando el sensor y una segunda escondida
por encima de él.
En el
momento de presionar el disparador, cae la primera cortinilla exponiendo el
sensor, y una vez transcurrido el tiempo de exposición necesario baja la
segunda a la misma velocidad que la primera quedándose delante del sensor y
volviendo a impedir la llega de la luz a su superficie, pasando en ese momento
a grabar los datos de la fotografía en la tarjeta de memoria.
Si volvemos
a nuestros dos ejemplos anteriores veréis que en el caso de la exposición larga
primero cae una cortinilla y tras un par de segundos cae la segunda; sin más.
En el caso
de la fotografía realizada a alta velocidad, las dos cortinillas irán “persiguiéndose”
de tal modo que van a ir exponiendo todos los puntos del sensor exactamente
durante media milésima de segundo mediante la banda luminosa creada por las dos
cortinillas del obturador.
Exposición
lenta en la que las cortinillas se mueven por orden
Exposición
rápida en la que ambas cortinillas bajan persiguiéndose"
En cualquier
caso, una vez terminado el proceso las cortinillas vuelven a su lugar original
dejando la cámara preparada para un nuevo disparo.
Si recordáis
el principio básico de funcionamiento de una cámara réflex, os comentaré que
cuando disparamos en ráfaga la exposición del sensor se produce durante el
tiempo que el espejo está levantado y que cuando éste baja es cuando las
cortinillas vuelven a su posición original.
Problema del flash.
En una
fotografía disparada a alta velocidad empleáramos el flash, puesto que su
destello es brevísimo se estamparía una franja luminosa en el sensor durante la
bajada de las cortinillas del obturador.
Para evitar
este problema, se suele limitar la velocidad de disparo de la cámara al emplear
el flash de tal modo que por encima de la cual se impida su uso.
Esta
velocidad no va más allá de 1/200 o 1/250 en el mejor de los casos. Habrá un
momento durante el cual todo el sensor estará expuesto a la luz, que será el
aprovechado por el flash para dispararse, quedando la fotografía uniformemente
iluminada.
Solo se aplican flashes integrados en la
cámara