TRUCOS PARA SACAR FOTOGRAFÍAS CON TEXTURA
La textura es
un elemento de impacto visual de las fotografías, que transmite sensaciones,
es como si lo tocáramos.
Hay trucos para dar esa sensación en las fotos.
Toma muy en
cuenta cada uno de ellos para lograr mayor riqueza en la composición de los
trabajos que hagas.
Si buscas
lograr una sensación de volumen por medio de la textura, busca
sombras intermedias.
La
iluminación es muy importante cuando se trata de fotografiar este aspecto. Las
zonas oscuras que se mantengan degradadas hacia la luz, enfatizarán las
dimensiones de un objeto o persona al momento de captarla con la cámara.
Busca un
punto focal en cada una de las texturas que encuentres.
Algo que caracteriza a este tipo de detalles,
es el hecho de que busca llenar la vista del espectador con aquellas partes que
expongan la superficie de las cosas o paisajes con más claridad. Para esto,
enfatizar un área especial supone una medida muy efectiva.
Aumenta la
contraposición de la luz y la oscuridad para resaltar la textura.
Este tipo de oposiciones como bien debes saber, ayudan mucho a resaltar los
detalles más pequeños en las fotografías; en especial cuando se
trata de aspectos como ranuras, fragmentaciones, zonas porosas o cualquier
superficie interesante.
Estos
pequeños trucos son muy simples pero a la vez, efectivos si
quieres lograr un efecto único en tus fotografías. Ponerlos en
práctica es más sencillo de lo que piensas, solo es cuestión de que intentes
hacerlo cada vez que vayas en busca de escenas para fotografiar.
Cómo
hacerlo
Antes que
nada debemos escoger nuestra foto original y la fotografía de la textura que
queramos utilizar. Recuerda que texturas hay por dónde quiera que mires.
Una vez seleccionadas tus imágenes lo único que harás será copiar y pegar la foto de textura sobre tu foto original y utilizar el modo de fusión de la capa de la textura y su opacidad, hasta conseguir como quieras que se vea tu foto final.
Una vez seleccionadas tus imágenes lo único que harás será copiar y pegar la foto de textura sobre tu foto original y utilizar el modo de fusión de la capa de la textura y su opacidad, hasta conseguir como quieras que se vea tu foto final.
Las Texturas
en Fotografía y Cómo Sacarles Jugo
El lenguaje
visual es aquello que desarrollamos para expresar mensajes a través de las
imágenes. A la hora de expresarnos visualmente, contaremos con muchísimos
elementos que nos ayudarán, como podrían ser el
ritmo o el
volumen. Pero éstos no son los únicos.
La textura,
por ejemplo, también nos puede ayudar a expresar cosas. Y es que la textura de
una imagen, no es más que una ilusión óptica que ayuda a reconocer aquellas
sensaciones táctiles que podría experimentar quien ve la foto, si tocara la
superficie que está viendo. ¿Cómo influye la textura en las fotos? ¿Cómo
conseguir potenciar la textura en nuestras imágenes?
¿Qué Nos Transmite la Textura?
Todos los
objetos que tenemos a nuestro alrededor tienen textura, el verdadero reto
fotográfico está en conseguir usar esta textura para nuestros intereses
comunicativos. Es decir: para transmitir aquello que queramos a través de la
fotografía. Cuando fotografiamos algo con una textura muy marcada, nuestra
fotografía toma cierto grado de realismo, pues la imagen evocará,
en la mente del espectador, el sentido del tacto. Además, la textura nos
aportará cierta tridimensionalidad a nuestras fotografías, que
dejarán de ser planas para adquirir cierto volumen.
A nuestro
criterio quedará decidir si nos interesa buscar o no esas texturas, tanto en
los retratos como en el resto de fotografías. Sea como sea, la textura siempre
marcará el tono de nuestras fotos, tanto su presencia como su ausencia. Porque,
en realidad, la no-textura también es una textura.
Quizás es un
poco lío, voy a explicarme: como he dicho al principio del artículo, TODO lo que
tenemos a nuestro alrededor tiene textura. Que algo no sea rugoso no significa,
en absoluto, que no tenga textura. Simplemente que es de textura lisa. En
el caso de la fotografía de bebés, por ejemplo, cuando se busca la pureza y la
suavidad, suelen camuflarse las texturas que puedan provocar las arrugas o se
intenta conseguir texturas muy suaves. Si buscamos las texturas en los
retratos, por ejemplo, nos ayudarán a conseguir imágenes de personas con
carácter, curtidas y con cierta rudeza y agresividad.
Así, para
conseguir ambientes fríos y duros, nos interesará buscar las texturas más duras
pero para conseguir espacios limpios y mágicos, quizás la mejor opción sea
minimizar las texturas para que todo aparezca liso y suave.
Ya Hemos
Decidido que Queremos Buscar las Texturas. ¿Cómo lo Hacemos?
Como siempre
hemos dicho, lo más importante en fotografía es la luz. La luz es el gran pilar
de las composiciones fotográficas. Así que será ella, la luz, la que nos regale
las texturas. La mejor manera de conseguir buenas texturas es iluminar nuestro
sujeto de manera lateral. Cuanto más lateral y rasante sea la iluminación, más
evidentes serán las sombras. Además, si usamos una luz muy dura, generaremos
sombras muy duras y, por lo tanto, muy definidas.
Por el contrario,
si lo que queremos es eliminar del todo las texturas de nuestras fotografías,
lo que tenemos que hacer es iluminar frontalmente nuestro sujeto. O bien
iluminarlo desde diferentes puntos para evitar que aparezcan sombras producidas
por la textura que éste tenga. Si esto, además, se hace con una luz suave, las
posibles sombras que puedan aparecer y evidenciar texturas, serán, todavía,
menos evidentes.
También
existe la opción intermedia: aquella que busca las texturas pero no de manera
agresiva, sólo para dotar de volumen el sujeto. Esto se consigue utilizando una
iluminación lateral (aunque no rasante. Con que el punto de luz esté a unos 45º
del sujeto, nos servirá). Las sombras, así, serán suaves y graduales. Darán sensación
de volumen pero no serán agresivas.
Tenemos que
tener todo esto muy en cuenta si disparamos al aire libre,
especialmente si buscamos fotografías edificios o paisajes naturales pues, como
ya sabemos, la luz va cambiando a lo largo del día. ¿Y esto
qué significa? Significa que tenemos que estar muy pendientes de la iluminación
que recibe nuestro sujeto: ¿potencia las texturas? ¿esto nos interesa?
Si sólo
tienes un momento para inmortalizar aquello que tienes delante (porque, por
ejemplo, estás de viaje y tienes el tiempo muy justo), quizás no tengas mucha
capacidad de elección. Sin embargo, si tienes la opción de estudiar bien la
iluminación del lugar que buscas fotografiar, deberás observar como le llega la
luz en distintos momentos el día para, así, poder elegir cuál te interesa más.
No tengas prisa para hacer este tipo de fotos, a veces la iluminación baja del
sol en su puesta nos regala unas texturas muchísimo más expresivas que aquellas
que podamos obtener del sol de mediodía. Teniendo en cuenta este tipo de cosas
podemos conseguir pasar de fotografías "buenas" a fotografías
"espectaculares". ¡Y fíjate que son sólo detalles!
Textura y Composición
Si decidimos
incorporar las texturas en nuestras fotografías, debemos tener en cuenta que
las sombras producidas por éstas son importantes para la composición. La
composición fotográfica, por norma general, se rige por líneas, figuras y,
sobre todo, pesos visuales que se deben repartir de manera atractiva para poder
llegar a guiar el ojo que vea nuestras fotos y así, ayudarlo a leer nuestra
fotografía. Así que, como iba diciendo, si decidimos añadir en nuestra
composición un nuevo elemento (las texturas, las sombras) deberemos encontrarle
un lugar atractivo en nuestra composición. Especialmente si las texturas son el
punto de atención de nuestra fotografía.
Por norma
general, hacer evidente la textura que tiene un objeto tiende a
"llenarlo" visualmente, lo que significa que, a nivel visual, "pesará
más", estará más presente, llamará más la atención al ojo que mire la
fotografía. Asimismo, un objeto/sujeto que tenga una textura lisa (sea porque
realmente la tiene o porque hemos disimulado su textura real mediante una
iluminación frontal) será mucho más ligero visualmente. Esto es especialmente
importante tenerlo en cuenta, sobretodo si en una misma composición vamos a
juntar objetos con distintas texturas porque, realmente, ¡las texturas nos
condicionarán la composición!
La textura
se define como la capacidad táctil de una superficie u objeto. La misma puede ser
real, o en el ámbito artístico puede ser sugerida mediante efectos visuales en
un plano bidimensional. Por ejemplo, en el dibujo o en la pintura, añadir
textura puede ser un gran reto, pues se tiene que recrear o reproducir algo
tridimensional en un una hoja de papel o un canvas.
Entonces,
¿cómo se puede representar una cualidad táctil en una foto? Cuando se trabaja
esta cualidad en la fotografía, se hace por medio de capturar superficies cuyas
texturas nos recuerden el sentido del tacto y la manera como podríamos llegar a
sentirlas de ser posible tocarlas. Este elemento es uno de mucha importancia en
la composición de una fotografía, sobre todo cuando utilizamos tonalidades de
blanco y negro, pues sus cualidades no se ven opacadas por el uso y abuso del color.
Cómo se
logra una buena representación de textura
Para tomar
buenas fotos de textura, lo primero que debemos hacer es elegir bien el sujeto.
Todo a nuestro alrededor tiene una textura diferente. Por lo tanto, toma un
momento para observar y apreciar la superficie de los objetos a tu alrededor.
Si te es posible, toca suavemente con tus dedos cada superficie. ¿Cuál tiene
una textura más interesante? ¿Cómo puedes lograr que la persona que vea la foto
imagine cómo se siente tal superficie? Esto determinará la manera en la que vas
a representar este elemento en tu foto.
Ahora bien,
si la textura va a ser el tema principal de tu foto, debes evitar las
distracciones. En la mayoría de los casos tendremos que acercarnos a nuestro
sujeto. De esta manera, no nos distraerán otros elementos menos importantes en
la foto.
Otro aspecto importante en la representación de la textura en una foto, es el ángulo en el que se toma. En vez de capturar el sujeto justo de frente a nosotros, probablemente sea mejor mirarlo primero desde diferentes ángulos antes de fotografiarlo. Es muy probable que encontremos un ángulo en el que la textura o el relieve del mismo reslate mucho más.
Además, la
iluminación también puede jugar un papel importante en la representación de la
textura. Al igual que el ángulo, una luz lateral puede ser mucho más favorable
que una luz frontal. Esto se debe a que la sombra es parte de lo que ayuda a
resaltar los relieves de una superficie. Por tal razón, una luz frontal
reducirá considerablemente las sombras que crea ese relieve. Mientras tanto,
una luz lateral creará más sombras, y por ende, mayor profundidad en la textura
de la superficie.
La textura como fotografía abstracta
La
fotografía abstracta es aquella que captura colores, texturas, diseños, o
patrones creativos o interesantes, mostrando solo una porción del sujeto
fotografiado, sin que este se defina por completo. Por lo tanto, para este tipo
de fotografía es sumamente importante tener en cuenta la textura del objeto que
se va a fotografiar. Este es uno de los casos en los cuales este elemento puede
ser el protagonista en la foto.
La textura como fondo
Ahora bien,
una superficie cuya textura sea interesante también puede funcionar muy bien a
la hora de necesitar un “background”, o fondo, para una foto de persona, por
ejemplo. En este caso, la textura pasa a un segundo plano menos importante. Por
tal razón, debemos cuidar que la textura no sea tan llamativa que nuestro tema
se vea opacado por ella.
Al igual que
otros elementos del arte la textura enriquece la fotografía y hace que nuestros
ojos se detengan a tratar de sentir lo que por razones obvias no podemos tocar
con nuestras manos.
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